miércoles, 27 de mayo de 2009

PERPECTIVA DEL: PROFESOR-MAESTRO-DOCENTE O EDUCADOR

Una gran cantidad de niños, ¡aunque aún no todos!, comienzan su día en los escenarios escolares, con un periodo largo de 12 años como mínimo, los cuales cubren el nivel básico de educación en nuestro país, periodo de tiempo que se ha incrementado como obligatorio cada vez más, aplicándoseles las iniciativas del Sistema Educativo Nacional y de la legislación en términos de educación que prevé la Constitución Mexicana. Es en estos escenarios de aula de la escuela donde se ha forjado una imagen del maestro y del alumno. La imagen del maestro proyecta las ideologías de una cultura sobre cierta concepción de hombre “culto” así mismo una representación social desde Moscovici citado por Martín Mora (2002:7) que nos dice “… es un corpus organizado de conocimiento y de una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física”. en otros términos estamos hablando de esa cotidianidad del sentido común que tiene como referencia comunicar, dialogar, constar lo que sucede cada día, y sentirse dentro del ambiente social. Lo anterior nos habla de una forma particular de conocimiento de lo social a lo individual y viceversa a lo que Mora (2002:7) refiere que “…es una forma de conocimiento a través de la cual quien conoce se coloca dentro de lo que conoce”. Vemos las realidades y suenan nuestros discursos de lo que conocemos y nos hacen conocer.

En numerosas ocasiones se escuchan en el folklor de una charla por la tarde, en las murmurantes sombras bajo un árbol, las historia que no dejan el más mínimo detalle de quien se ha robado la ocasión de hablar, de discutir, de criticar, de burlar, o quizá de aplaudirlo, velarlo o solo recordarlo. En estos espacios las anécdotas de los maestros no desaparecen a pesar de los tiempos. Tiempos en los cuales ha cambiado la expresión de lo que es el maestro. Recordándolo desde sus principios, dentro de los claustros de evangelización sobre los infortunados hombre de la maldad, indígenas condenados a la imposición de un saber ajeno, convencidos por el poder que da la ignorancia sobre los otros, el educador domina a su siervo con una educación adoctrinada.

En otros tiempos el maestro dice saber lo que hay que saber, con bandera de lugares mágicos para nuestra tierra que sería la única verdad, aprender ciertos saberes era lo reconocido como lo aceptable. El maestro en cada tiempo histórico ha reflejado una imagen, que con añoranza se escuchan sus glorias de cuando se le recibía con pancartas de bienvenido, con la música y la fiesta del pueblo, rúbricas de poder y posición social que se le daba al intervenir pidiendo la mano de la novia y formalizar así el compromiso matrimonial, cuadros donde el maestro comía primero que el anfitrión, donde la mano era rectora ante la sublimación de las causas injustas de la comunidad. Imágenes que se fortalecieron con la interpretación cinematográfica, como la del “Profe” de Cantinflas, o “Simitrio,” imágenes entre otras que deterioraron gravemente la fotografía del docente son las representaciones sociales las que dan forma al maestro de ayer y de hoy, representaciones que se sujetan al capital cultural de los educandos con base a un conocimiento como cimiento de esta interpretación de la realidad. (Ibarra s/f:14).

Las representaciones sociales que han acompañado al docente dependen en gran parte de él, pues es quien forja la construcción del conocimiento sobre ciertos rubros en la sociedad, es así que la profesión de enseñar es su causa y su efecto de su representación. En los cuadros sociales del maestro, figura con antelación en el tiempo considerado por él y por los demás como el protagonista, el único transmisor del conocimiento sin posibilidad a debatir su discurso y por ende controlador de toda condición fuera de lo establecido, sin margen más allá de lo que se debía saber. Otro episodio de su imagen es aquella en contraposición a las pasadas, de un papel en términos de facilitador y promotor de experiencias al desarrollo de la capacidad cognitiva, ahora no solo es él quien importa es la potencialidad de los discípulos que pueden superar al maestro. Pero si esto no fuese suficiente ante la expansión de las capacidades superiores de reflexión del pensamiento se suma una posición en la cual ahora es mediador y guía en la interrelación con el ambiente y lo social, sus prioridades se involucran en dar las posibilidades a la creación y construcción conjunta entre aprendices, pero hoy en día y traslapando todos estos rubros de cuadros simbólicos del “que hacer” docente llega una revolución de la capacidad del pensamiento la cual se expande y se enriquece con medios como las tecnologías de la información y ciencias básicas como la psicopedagogía, o la neuropsicología, la ecobiología, etc, que suman a la variedad de su acción, no basta con solo mantenerse atrás del escritorio con la tiza en la pizarra, la velocidad que ha tornado a los espacios áulicos, a las condiciones bio-psico-sociales de los alumnos, a las exigencias actuales de la Comunicación y la Información, de la ciencia, de la tecnología, de saberes nuevos en el rubro humano y del planeta, lo han puesto a correr para mantenerse en el mismo lugar. El papel de hoy en la llamada sociedad del conocimiento, del aprendizaje, de la inteligencia y de las competencias hacen que su papel ya no sea pasivo, ni acrítico, le exigen todas sus capacidades para orientar, facilitar el conocimiento, dominar nuevas habilidades propias de su sustrato cognitivo y de dominio tecnológico en los ambientes educativos que lo llevan al uso de recursos didácticos para los educandos en espacios y tiempos del ciberespacio (por ejemplo las WebQuest), con la gama de la imagen en la virtualidad donde la realidad es paradójica y dialéctica del “que hacer” de un nuevo docente que se está gestando en este siglo y a lo que se suman nuevas actividades para el docente que implican su cambio de educar, actividades para replantear su imagen su representación social, aunque eso no garantiza la actividad pedagógica del docente, pues la tecnología no es sinónimo de buena enseñanza y su uso está justificado en tanto que al docente le:
“…permite hacer cosas que antes no estaban a nuestro alcance ni al de nuestros alumnos o que nos ayude hacer mejor lo que antes no nos dejaba muy satisfechos: que la escuela sea divertida y apasionante, que nuestros alumnos aprendan a manejar, seleccionar y procesar informaciones diversas en contenido y formato, que podamos comunicarnos con gentes de todo el mundo que aporten nuevas ideas y conocimientos interesantes y descubrir nuevas realidades, que nos haga más cultos y, al mismo tiempo más tolerantes, que todos los días nuestro trabajo y el de los alumnos tenga sentido y sea apasionante.” (Adell, 2004:24)

Esto deja claro los elementos que están delineando y sumando a la nueva representación de la imagen del docente el cual a pasando a ser concebido con una rapidez como tutor que garantice su profesionalización docente, con prioridad a considerar la diversidad y los productos finales del aprendizaje, donde la creatividad, la innovación y la originalidad se perfilan como básicas en la enseñanza ante una promoción del cambio inherente a nuestro tiempo actual y en este incrustada la educación. Nuevas competencias se desbordan, abarcando la capacidad humanista que poco se habían priorizado. Las necesidades sociales exigen hoy al docente ganarse un lugar con su competitividad profesional, una imagen a la cual se debe restar y compensar las desagradecidas imágenes que se han hecho de su labor. Hoy el docente, el maestro, el educador no deja de ser aprendiz de por vida, al igual que sus estudiante no dejaran de serlo para la vida y toda la vida. Pero esta enseñanza debe ser aprendida y emprendida por el ejemplo del docente el cual arrastrara seguramente con mayor fuerza.
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BIBLIOGRAFIA
Adell,Jordi ( 17 de marzo de 2007), INTERNET EN EL AULA. LAS WEBQUEST, EDUTEC: Universitat Jaune I. Extraído el 21 de marzo de 2009, desde
http://www.uib.es/depart/gte/edutec-e/revelec17/adell_16a.htm
Ibarra, Sonia( s/f) EL MAESTRO EN EL CINE MEXICANO, México: Instituto Superior de Investigación y Docencia para el magisterio. Extraído el 25 de mayo de 2009,desde http://74.125.155.132/search?q=cache:mxJisYno4l4J:www.quadernsdigitals.net/index.php%3FaccionMenu%3Dhemeroteca.DescargaArticuloIU.descarga%26tipo%3DPDF%26articulo_id%3D6925+cine+mexicano+imagen+del+maestro&cd=1&hl=es&ct=clnk
Moran, Martín (2002). La teoría d elas representaciones sociales de Serge Moscovici. Athenea Digital. Extraído el 22 de mayo de 2008, desde http://blues.uab.es/athenea/num2/Mora.pdf

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